Los problemas de pareja generan un elevado sufrimiento interno y afectan a prácticamente todas las áreas de la vida de las personan que los padecen. Generan una disminución del estado de ánimo, de la autoestima y una inducción a sufrir síntomas de ansiedad. Además, pueden llegar también a mermar las relaciones con otras personas como con los miembros de la familia extensa, los hijos o los amigos íntimos y ocasionar una disminución en el desempeño laboral y en el desempeño personal general.
Durante los últimos años, se ha percibido un considerable aumento de parejas que acuden a consulta psicológica solicitando ayuda para mejorar su relación, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que, en España, cada tres nuevos matrimonios que se forman, dos terminan en ruptura, encabezando en número de divorcios al resto de Europa y casi triplicando su propia tasa en la última década.
Las principales cuestiones por las que demandan los clientes que llegan a nuestra consulta son:
- Problemas de comunicación entre los miembros de la pareja
- Infidelidades, celos o falta de confianza
- Discusiones que pueden acompañarse o no de faltas de respeto y/o conductas agresivas
- Disminución del deseo sexual o insatisfacción sexual
- Reducción, carencia o inadecuación de las demostraciones mutuas de afecto
- Desacuerdos en cuanto a temas relativos a cuestiones domésticas, a cuestiones financieras, a la educación de los hijos, a las relaciones externas a la pareja u otros.
El principal objetivo de la terapia de pareja es explorar, junto a un profesional cualificado que hace de guía, las potencialidades y debilidades que tiene la pareja que llega a consulta en un ambiente de apertura, escucha, empatía, comprensión genuina y transparencia, para después, poner en marcha las estrategias necesarias para llevar a cabo los cambios conductuales que los propios miembros hayan consensuado o para que puedan, a partir de la introspección y el diálogo, tomar una decisión acertada sobre qué hacer con su relación.
Para todo ello, en Psicomedsalud utilizamos tanto técnicas cognitivo-conductuales, como sistémicas, que tienen en cuenta no sólo a los dos protagonistas de la terapia, sino al contexto extenso que envuelve a cada uno de ellos que explica, en gran medida, la diferente visión que tiene cada uno sobre las mismas realidades y las diferencias en sus valores y creencias nucleares.
Alrededor de un 75% de las parejas consiguen beneficiarse del procedimiento de terapia de pareja y la probabilidad de éxito terapéutico es mayor en función de la brevedad con la que soliciten ayuda, lo cual disminuye de forma considerable la probabilidad de ruptura.
La mejora en la comunicación entre los miembros, que es uno de los pilares fundamentales que persigue la terapia, permite, incluso en los casos en los que las parejas deciden no tirar para adelante con su relación, que una ruptura pudiera realizarse de una forma mucho más armoniosa y con un menor grado de traumatismo, disminuyendo la angustia, la desesperanza y el rencor y proporcionando beneficios en el resto de contextos que reciben una influencia directa de la parejas. Por ejemplo, permite la preservación de la calidad de las funciones parentales de los miembros.
Se trata de un procedimiento de breve duración y centrado en las soluciones. Hay que tener en cuenta pero que su extensión depende del tipo de pareja, de la longitud de historia de problemas que arrastra y de la existencia o no de problemas individuales asociados.