La Terapia Familiar y de Pareja son métodos de tratamiento psicológico que, en vez de intervenir con un paciente de forma individual, lo hace o con su familia, o con su pareja.

Considera que los síntomas que presenta una persona son un producto directo y/o están mantenidos por formas de interacción defectuosas que se establecen entre los miembros de su familia y, siguiendo la misma lógica, utiliza a los miembros y su influencia como motor de cambio terapéutico.

La Mediación Familiar, por su parte, es un proceso y un recurso que permite a miembros de una familia enfrentados resolver sus conflictos por sí mismos, de manera amigable y sin recurrir a las instancias de la justicia ordinaria ni a los aparatos de control del Estado, con la ayuda de un profesional, el mediador.

Ambos métodos, terapia y mediación se complementan y enriquecen mutuamente y pueden darse en fases sucesivas de una misma intervención.

¿Cuándo puedo necesitar realizar una Terapia Familiar, de Pareja o una Mediación familiar?

 

  • Problemas individuales: Trastornos del estado de ánimo, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos psicosomáticos, problemas conductuales de niños y adolescentes, duelos, enfermedades físicas, dificultades en edades de transición como la jubilación o la adolescencia,…

 

  • Problemas familiares: Problemas de convivencia, pérdidas económicas, entradas o salidas de miembros en la familia, comunicación deficitaria o distorsionada, rivalidades, patrones de relación distantes, fríos, absorbentes o violentos, disputas económicas, dificultades educativas con adolescentes, búsqueda de los orígenes biológicos por parte de personas adoptadas o acogidas, cuidado de personas mayores,…….

 

  • Problemas de pareja: Problemas de comunicación entre los miembros de la pareja, infidelidades, celos o falta de confianza, discusiones con o sin faltas de respeto y maltrato, disminución del deseo sexual o insatisfacción sexual, reducción, carencia o inadecuación de las demostraciones mutuas de afecto, desacuerdos en cuanto a temas relativos a cuestiones domésticas, a cuestiones financieras, a la educación de los hijos, a las relaciones externas a la pareja u otros. Y a través de mediación, procesos de separación y divorcio, en los que se puede mediar temas como la custodia de los hijos, pensión alimentaria y compensatoria, el régimen de visitas o la liquidación de la sociedad de gananciales, además de otros temas más emocionales que son olvidados a través de otros sistemas