Los TEA son una serie de trastornos neuropsiquiátricos, catalogados como “Trastornos generalizados del desarrollo” según la clasificación diagnóstica del DSM-V, los cuales pueden detectarse a edades muy tempranas (por definición, el trastorno autista es de inicio anterior a los 3 años de edad).

Esta disfuncionalidad tiene un impacto considerable no sólo en el correcto desarrollo y bienestar de la persona afectada, sino también de los familiares, dada la elevada carga de cuidados personalizados que necesitan.

La prevalencia de estos trastornos ha aumentado considerablemente, lo que junto a su carácter crónico y gravedad, hace que necesiten un plan de tratamiento multidisciplinario personalizado y permanente a lo largo de todo el ciclo vital, en constante revisión y monitorización, que favorezca el pleno desarrollo del potencial de las personas con TEA y favorezca su integración social y su calidad de vida.