Foto del doctor Joaquim Maria Solé Monserrat sentado en su despacho pasando consulta

La psiquiatría es una rama de la medicina que estudia y trata los trastornos mentales. A diferencia de los psicólogos, los psiquiatras pueden recetar medicamentos.

Aún existen muchos prejuicios acerca de la psiquiatría y el tipo de enfermedades que trata. A menudo se piensa que si alguien va al psiquiatra es porque «está loco». Pero lo cierto es que un buen diagnóstico psiquiátrico acompañado de tratamiento farmacológico y/o psicológico puede ayudar e incluso acelerar la recuperación de los pacientes con cualquier tipo de problema de salud mental.

Tratamientos

La depresión es uno de los trastornos del estado de ánimo de más incidencia en nuestros días.

Se caracteriza por un estado de ánimo triste sin motivo aparente, ganas de llorar, cansancio excesivo, insomnio, falta de apetito y en general, una vivencia negativa de todo lo que le rodea y de sí mismo.

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La ansiedad se caracteriza por una preocupación constante, persistente y anticipatoria, con inquietud, tensión muscular, cansancio, irritabilidad, problemas para concentrarse y problemas de sueño.

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Son problemas con el hecho de dormir e incluyen dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido (insomnio), quedarse dormido en momentos inapropiados o tener demasiado sueño (somnolencia diurna excesiva), problemas para mantener un horario regular de sueño (problema con el ritmo del sueño) o conductas anormales durante el sueño (conductas que interrumpen el sueño).

La fobia es un miedo irracional y exagerado a alguna situación u objeto. La persona que padece una fobia experimenta ansiedad intensa cuando anticipa o se encuentra en esa situación. En consecuencia, se produce una evitación casi permanente de muchas situaciones.

La fobia puede o no estar acompañada de reacciones físicas como palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de ahogo, náuseas, mareo…

Algunas de las fobias más comunes son la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), la agorafobia (miedo a los espaccios abiertos), la acrofobia (miedo a las alturas) o la aerofobia (miedo a volar en aviones).

Un trastorno de personalidad  se caracteriza por un conjunto de comportamientos que difieren de las normas sociales y expectativas. Las personas diagnosticadas con un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones en la cognición, emotividad, funcionamiento interpersonal o en el control de impulsos.

Estos patrones generalmente comienzan en la adolescencia y pueden llevar a problemas en situaciones laborales y sociales.

La gravedad y el pronóstico varía de leve a severo.

Algunos trastornos de la personalidad mejoran enormemente durante la madurez sin ningún tratamiento, mientras que otros sólo mejoran lentamente incluso con tratamiento.

El que lo padece no suele ser consciente de ello pero sí de sus consecuencias con respecto a los demás. Sufren de incomprensión e inadaptación y viven generalmente con sentimiento de culpa lo que les pasa.

Existen diferentes tipos de trastornos de personalidad, por ello un buen diagnóstico y posterior psicoterapia es lo más adecuado.

Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes secretos. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que no existe.

ESQUIZOFRENIA

Se trata de un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas en muy diversos aspectos psicológicos como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad, es decir, pérdida de contacto con la realidad (psicosis), alucinaciones, delirios (creencias falsas), pensamiento anormal y alteración del funcionamiento social y laboral.

ESQUIZOAFECTIVO

El trastorno esquizoafectivo es una enfermedad que se caracteriza por la presencia de síntomas característicos de la psicosis y alteraciones en el estado de ánimo. Generalmente, este trastorno suele tener su inicio en la edad adulta, aunque también puede aparecer en la adolescencia.

Llamamos Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) al trastorno caracterizado por la presencia de obsesiones (pensamientos, impulsos o imágenes intrusivas y no deseados, que se presentan de manera recurrente y persistente ), compulsiones (conductas, tanto mentales como físicas, que la persona hace para reducir la ansiedad que experimentan) y conductas de evitación (de aquellos estímulos y situaciones que saben que los provocan obsesiones y ansiedad).

Las personas que sufren un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) llaman la atención por su sufrimiento y la rareza de algunos de sus comportamientos, son conscientes que el que piensan y hacen no tiene sentido, aún así el TOC ejerce un poder absoluto sobre ellas, siendo esclavos de las obsesiones que se presentan en diferentes formas y contenidos y de los rituales que se obligan a hacer a modo de estrategia para afrontarlo.

El TOC se puede manifestar de muchas maneras diferentes (su forma más frecuente son las compulsiones de comprobación y limpieza) y puede presentar síntomas muy diversos. En adultos afecta a todos los ámbitos: personal, laboral, académico y social (menos relaciones sociales y de menor intimidad y proximidad) y condiciona la vida familiar y la de sus miembros.

Varios estudios muestran que sólo entre el 34% y 40% de los sujetos con TOC se han puesto en tratamiento y que presenta comorbididad con otros trastornos, principalmente la depresión. Actualmente se lo ubica como el cuarto trastorno psiquiátrico más frecuente.

Los tratamientos psicofarmacològicos combinados con terapia psicológica (terapia cognitivo-conductual y exposición con prevención de respuesta), son los abordajes que han demostrado más eficacia, así como la combinación con nuevas terapias de tercera generación.

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Otro término que coloquialmente se mal utiliza, eludiendo la gravedad y complejidad del trastorno.

Se encuentra catalogado dentro de los trastornos graves del estado de ánimo y se caracteriza por ser una afección mental en la cual una persona tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste o deprimido pueden alternar con períodos de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable.

Los episodios anímicos son intensos. Las emociones son fuertes y ocurren junto con cambios extremos en los niveles de comportamiento y energía.

Se puede estar muy excitados, nerviosos e activos, incluso con conductas arriesgadas, y pasar posteriormente a un estado de dejadez y apatia llegando a un abandono grave.

Unidad que se ocupa de identificar, describir, evaluar y diagnosticar y rehabilitar las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales derivadas de las disfunciones del sistema nervioso central.

Los objetivos de la Unidad de Neuropsicología Clínica son:

  • Estudiar y evaluar los patrones de funcionamiento cognitivo, conductual y emocional y su interacción a las personas con alteraciones cerebrales.
  • Estimulación Neurocognitiva dirigida a:
    • Todo aquel que haya experimentado cambios en su capacidad de recordar, concentrarse, pensar, hablar con fluidez, razonar, resolver problemas, organizarse, etc. debido a múltiples condiciones: traumatismo de cráneo, epilepsia, enfermedad de Alzheimer, accidente cerebro-vascular, esclerosis múltiple, ADHD, depresión, esquizofrenia etc.

Los afectados por este trastorno pueden experimentar una falta de atención muy significativa así como gran hiperactividad e impulsividad. Aunque se cree que es un trastorno de la infancia, se ha demostrado que la mitad de los casos persisten durante la adultez y en ocasiones el diagnóstico no es realizado en la infancia y termina llegando en etapas tardías de la vida. Entre adultos no está tan estudiado como en niños, mas se cree que su prevalencia en la población adulta está entre un 4% y 5%. Si nos fijamos solo en la población mayor de 60 años, ese porcentaje se acerca al 3%.

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La Sexología es la ciencia que estudia la sexualidad humana.

Contempla la sexualidad desde un triple prisma: social, fisiológico y médico y, a nivel de intervención, utiliza tres diferentes formatos: la Educación, el Asesoramiento y la Terapia.

Un 50% de las mujeres y un 20% de los hombres reconocen que sienten insatisfacción en su vida sexual. La buena noticia es que más del 90% de los problemas sexuales tratados con terapia sexual tienen resultados positivos y la mayoría de ellos en un tiempo breve.

En Psicomedsalud, las demandas de los pacientes que recibimos dentro de esta área son de cuatro tipos:

  • Conductuales: Problemas relativos a la expresión de distintas conductas sexuales: besos, caricias, coitos… los cuales pueden conformar cuadros relativos a diferentes Trastornos sexuales
  • De identidad: Problemas en la propia identificación respecto a al hecho de sentirse hombre o mujer (transexualidad,…).
  • De orientación. Falta de definición o confusión sobre temas relativos a la atracción sexual hacia personas de un determinado sexo o de ambos (homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad).
  • De interacción: Cuestiones que tienen que ver con las relaciones que se mantienen con las parejas sexuales, como afectos, tareas domésticas, crianza familiar, planes de futuro, rupturas…

La adicción se define como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas y/o conductas, a pesar de sus consecuencias nocivas.

Su origen es multifactorial involucrándose factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

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