Niña sentada con mirada triste y pensativa

La unidad de terapia infanto-juvenil cuenta con un equipo de psiquiatras y psicólogos con una amplia experiencia en la valoración, diagnóstico y tratamiento de problemas psiquiátricos y psicológicos de la población infantil y adolescente. 

Atiende con la mayor calidad humana y el máximo rigor científico las necesidades que puedan surgir a lo largo del tratamiento.

Tratamientos

Los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia tienen una alta prevalencia.

Aproximadamente uno de cada cinco niños cumple criterios para padecer un trastorno psiquiátrico, y muchas de las enfermedades psiquiátricas debutan en la infancia.

El trastorno diagnosticado con mayor frecuencia en esta población son los problemas de conducta, seguidos por los trastornos de ansiedad, los específicos del desarrollo y los de eliminación.

Al tratarse de una etapa en la vida en la que existe mayor plasticidad y se dan más cambios evolutivos, es esencial hacer una detección precoz de la enfermedad mental para llegar a un diagnóstico y un tratamiento tempranos que permitan mejorar el pronóstico.

Hoy sabemos que los niños también sufren depresión, aunque a veces se manifiesta de forma encubierta en diferentes formas. Si vemos a nuestro niño o adolescente melancólico, con sentimientos de inutilidad, con dificultades para las relaciones personales o menor participación en el grupo de amigos, alteraciones del sueño, cambios en el rendimiento escolar, rechazo en ir a la escuela o cambios en el apetito o el peso habitual, es necesario acudir a un especialista.

Los niños experimentan numerosos miedos durante su crecimiento, la mayoría transitorios, de intensidad moderada y específicos de una edad. En estas ocasiones lo mejor es escucharlos y calmarlos. Pero en otros momentos en los que el sufrimiento es desproporcionado a la ocasión y se da de forma repetida, no debemos subestimar el sufrimiento de los niños, ya que puede tratarse de una ansiedad, depresión o fobia.

Los TEA son una serie de trastornos neuropsiquiátricos, catalogados como “trastornos generalizados del desarrollo” según la clasificación diagnóstica del DSM-V, los cuales pueden detectarse a edades muy tempranas (por definición, el trastorno autista es de inicio anterior a los 3 años de edad).

Esta disfuncionalidad tiene un impacto considerable no sólo en el correcto desarrollo y bienestar de la persona afectada, sino también de los familiares, dada la elevada carga de cuidados personalizados que necesitan.

La prevalencia de estos trastornos ha aumentado considerablemente, lo que junto a su carácter crónico y gravedad, hace que necesiten un plan de tratamiento multidisciplinario personalizado y permanente a lo largo de todo el ciclo vital, en constante revisión y monitorización, que favorezca el pleno desarrollo del potencial de las personas con TEA y favorezca su integración social y su calidad de vida.

El TDAH es un trastorno neurobiológico a nivel cerebral y con transmisión genética, que afecta a la capacidad del niño o adolescente desde una perspectiva multidisciplinaria. Los afectados pueden experimentar una falta de atención muy significativa, hiperactividad impulsividad.

Saber más

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a una persona superdotada como “aquella que cuenta con un cociente intelectual superior a 130”, aunque cada vez se utiliza menos este baremo para medir la inteligencia de las personas. Cada vez más se tiende a considerar que lo que diferencia a los niños y niñas con altas capacidades o superdotados de los demás, es la forma de aprender, ya que resulta radicalmente distina.

Estos niños poseen habilidades más avanzadas que requieren de ajustes en casa y en el colegio para ayudarles a crecer y a aprender. Pueden mostrar las altas capacidades de diferentes formas y son normalmente los padres los primeros en darse cuenta de sus habilidades especiales.

Señales de que su desarrollo podría ser de alguna forma avanzado, son las siguientes:

  • Ser muy curioso y observador.
  • Utilizar palabras y razonamientos de más adulto.
  • Tener diferentes ideas inusuales.
  • Reconocer secuencias complejas y relaciones.
  • Dar con soluciones a problemas de forma inesperada.
  • Mostrar una gran memoria.
  • Hacer preguntas inusuales.
  • Demostrar talento avanzado en ciertas áreas (como matemáticas, ciencias, escritura, arte, música o interpretación).
  • Aprender letras o números temprano y leer antes de una enseñanza formal.

El acoso escolar también conocido por su término en inglés bullying, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado, tanto en el aula como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso.

Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.

Consiste en una adquisición lenta e incompleta de las habilidades cognitivas durante el desarrollo, que conduce finalmente a limitaciones sustanciales en el desarrollo corriente.

Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar junto a limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo.

La estimulación cognitiva se define como el conjunto de técnicas y estrategias que pretenden optimizar la eficacia del funcionamiento de las distintas capacidades y funciones cognitivas (percepción, atención, razonamiento, abstracción, memoria, lenguaje, procesos de orientación y praxias).

Las capacidades que va adquiriendo el niño/a durante su desarrollo no son producto solamente de la maduración a nivel neurológico, sino que, en gran medida, son el resultado de la interacción del niño con el medio, su estimulación y educación.

La estimulación es un proceso natural que se pone en práctica en la relación diaria con el bebé. A través de éste, el niño/a utilizará al máximo sus capacidades e irá ejerciendo mayor control sobre el mundo que le rodea al tiempo que sentirá gran satisfacción al descubrir que puede hacer las cosas por sí mismo. La estimulación tiene lugar a través de la repetición útil de diferentes eventos sensoriales que aumentan, por una parte, el control emocional proporcionando al niño una sensación de seguridad y goce, por otra amplían la habilidad mental que le facilita el aprendizaje, ya que se desarrollan destrezas, para estimularse a través del juego libre y del ejercicio de la curiosidad, la exploración y la imaginación.

Todo niño nace con la necesidad biológica de aprender y cualquier estimulación que se le brinde durante los primeros 12 meses, tiene más impacto en su crecimiento cerebral que en cualquier otra etapa de la vida.

Es importante tener en cuenta que el crecimiento total de un individuo se lleva a cabo por medio de la interrelación del desarrollo físico, mental, emocional y social y la estimulación temprana producirá impacto en el crecimiento total del bebé, sin presionar ni acelerar ningún proceso de desarrollo. Simplemente, lo que busca es optimizar las capacidades del niño, en todas las áreas. Además cabe mencionar que la estimulación es muy sencilla de aplicar y que le va a proporcionar al niño las herramientas que necesita para el desarrollo de sus habilidades y un mejor desempeño en su futura etapa pre escolar.

Como una alternativa para el adecuado desarrollo de las capacidades del niño se han instrumentado programas de estimulación temprana, entendiéndose por ésta a toda actividad que oportuna y acertadamente enriquece al niño en su desarrollo físico y psíquico.

Los problemas de aprendizaje afectan la manera en la que una persona entiende, recuerda y responde a cualquier información nueva.

Las personas con problemas de aprendizaje pueden tener problemas para:

  • Escuchar o prestar atención
  • Hablar
  • Leer o escribir
  • Resolver problemas matemáticos

Aunque los problemas de aprendizaje ocurren en niños muy pequeños, suelen pasar desapercibidos hasta que el niño llega a la edad escolar.

Dislexia

Es una dificultad significativa y persistente en la forma escrita del lenguaje, independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional. Por tanto, puede aparecer aunque se tenga una inteligencia adecuada, una escolarización convencional y una situación sociocultural dentro de la normalidad.

Disgrafía

La disgrafía es una discapacidad de aprendizaje que dificulta el acto de escribir. Puede llevar a problemas con la ortografía, mala caligrafía y dificultad para poner los pensamientos por escrito. Las personas con disgrafía pueden tener problemas para organizar las letras, números y palabras en un renglón o una página. Esto puede ser causado en parte por:

  • Dificultades óptico-espaciales
  • Problemas para procesar lo que los ojos ven.
  • Dificultad para procesar el lenguaje
  • Problemas para procesar y dar sentido a lo que los oídos oyen.

A menudo se encuentran en la población infanto-juvenil conductas agresivas, de oposición, desobedientes o desafiantes, entre otras.

Podemos saber si los problemas de comportamiento deben tratarse por un profesional en función de la frecuencia, magnitud y perseverancia en el tiempo de la conducta en cuestión, teniendo en cuenta la edad del niño.

Las características principales de los trastornos de conducta son los siguientes:

  • Trasgresión de las normas sociales.
  • Agresividad.
  • Impulsividad.
  • Ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los otros.
  • Carácter manipulador.
  • Falta de respuesta a los premios y el castigo.
  • Carácter inapropiado para su edad.

 

Conducta agresiva

Se refiere tanto a la agresividad física como a la verbal y tanto a la autoagresividad como a la agresividad contra los demás.

Tanto el comportamiento autodestructivo como el de agresividad contra los demás pueden llegar a resultar muy peligrosos; de ahí que no deben ignorarse ni se puede esperar a que se resuelvan por sí solos.

Violación de las reglas

Nos referimos a aquellas reglas que son propias de los niños y adolescentes, como las relacionadas con la no asistencia a clase (hacer novillos), realizar bromas pesadas, travesuras de todo tipo, pasar la noche fuera de casa pese a la negativa de los padres,…

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